Clarín adoptó a Echegaray como el nuevo demonio

En la lista de ¨diablos oficiales¨ que Clarín y el resto de los medios suelen instalar, el presidente de la AFIP, Ricardo Echegaray, desplazó a un segundo plano a Guillermo Moreno y a Luis D¨Elía y ya comparte el cartel principal con Hugo Moyano y Néstor Kirchner.
El motivo del cambio tiene un motivo obvio: Clarín no perdona la intervención que AFIP realizó contra las principales oficinas del multimedio. Es por eso, que desde ese momento, la ofensiva contra el funcionario no tuvo casi respiro. Primero se difundieron supuestas irregularidades de un feed lot que estaría vinculado con el Echegaray. Luego, el domingo 15 de noviembre, Clarín publicó una nota de investigación firmada por el periodista Santiago Fioriti, que intenta hurgar en el pasado político del actual presidente de la AFIP y que será objeto de nuestro breve análisis.
La nota en cuestión, lleva el título de ¨Pasado oscuro: Echegaray pedía la libertad de Videla y Massera¨ y está ubicada en las páginas 12 y 13 del cuerpo principal. Tiene una foto donde Echegaray se toma la boca.
La investigación comienza tratando a Echegaray de kirchnerista ¨puro¨ (¿qué será un kirchnerista impuro?)y busca contrastar su pasado pro militar con la pertenencia a una administración que privilegió siempre en los hechos una política de derechos humanos que condenó el genocidio perpetrado por los militares a partir de 1976.
La nota se basa en testimonios de amigos, ex amigos,y enemigos políticos que viven en la ciudad de Mar del Plata de donde Echegaray es oriundo y donde comenzó su carrera política en la FAcultad de Derecho marplatense.
Lo que llama más la atención de toda la investigación que hace Santiago Fioriti, es que de todos los testimonios recojidos, no le fue posible citar los nombres propios de los supuestos testigos, solo el actual decano de Derecho es identificado. Es así que las fuentes de las noticias tienen las siguientes referencias: a Echegaray ¨lo llamaban y lo siguen llamando¨ de determinada manera, sin precisar quienes lo hacían; a Echegaray ¨le escribían¨ insultos en los baños sin identificar a los autores; ¨Algunos ex alumnos recuerdan¨ pero ninguno tiene nombre propio; ¨y hay quienes recuerdan¨, pero no sabemos quienes son.
Más adelante hablan ex compañeros de UPAU, brazo estudiantil de la UCEDE, quienes son mencionados por compartir las ideas que en ese momento tenía Echegaray, pero ninguno tiene nombre. ¨Algunos contaron¨ anécdotas pero no son identificados; uno llega a describir la militancia pro militar del jefe de la AFIP, pero no suscribie su descripción con su nombre.
La excusa del periodista para justificar la carencia de fuentes es el ¨miedo¨ de que un operativo de la AFIP actúe como venganza de los testimonios, lo que me lleva a pregunterme ¿Considera Clarín que el organismo impositivo es igual a la Gestapo? ¿Serán torturados los infractores? ¿Echegaray aplica los métodos de los militares para obtener información fiscal?
No pretendemos con esta nota defender el pasado ni la gestión actual del funcionario, simplemente mostramos lo endeble de esta investigación de Clarín, que por su carencia de fuentes claras, bien podría ser una obra de ficción. Una muestra más de que el Gran Diario Argentino ha dejado las armas del buen periodismo de lado, en su abierta guerra contra el gobierno nacional.