Emparentado con la ley de medios, y casi al mismo tiempo, el Gobierno lanzó la Televisión Digital, la nueva tecnología de TV que suplantará al régimen analógico en todo el mundo. De hecho el ¨apagón¨ analógico ya se produjo en Estados Unidos y se expandirá a todos los rincones del planeta. Quien no tenga el sistema digital no podrá ver televisión.
Por supuesto, este notable cambio que parece simple tecnología y ciencia aplicada, está cargado de ideología y se manifiesta en la forma de implementar las modificaciones y, fundamentalmente, en quienes son los beneficiarios.
En el caso argentino, el Gobierno de Cristina concibe a la televisión como un servicio público que debe llegar a la mayor cantidad de hogares posibles más allá del poder adquisitivo de quienes los habitan. Si se dejara operar al libre mercado, esta innovación llegaría primero a las clases pudientes y luego se iría expandiendo. Pero el modelo nacional y popular que actualmente se aplica en nuestro país prefiere el camino inverso, por lo que millones de aparatos que permiten la conversión a la imagen digital serán repartidos entre personas de bajo poder adquisitivo y jubilados que cobran la mínima. Hasta noviembre de 2010 se habían entregado 200 mil. Se espera que las antenas sean instaladas para que repartir el resto de los decodificadores.
También es visible la opción política en la norma elegida para la tv digital. Entre las variantes existentes fue elegida la norma japonesa, primero elegida por Brasil. Las ventajas son esencialmente dos: una es que se puede modificar y perfeccionar el sistema en forma conjunta con nuestro principal socio comercial,lo que deriva en una mayor integración regional y la segunda, derivada de la primera, es que permite la apropiación de tecnología y el uso del trabajo argentino. Generando empleos tanto en el sector tecnológico como en el de contenidos.
Las antenas necesarias para transmitir las señales serán fabricadas por el INVAP, el objetivo es que, en principio, 47 antenas cubran al 75% de la población. La responsable del funcionamiento de las transmisiones será la TV Pública.
Por último, en el rubro contenidos, el Instituto Nacional de Cine destinó 35 millones de pesos para realizar concursos en busca de contenidos para cubrir la gran oferta de canales que estará disponible gracias al ancho de banda de la tv digital. Desde marzo de este año se verán los 50 cortos y los 50 documentales, elaborados en todo el país con la participación de las universidades públicas provinciales.
La expansión del sistema depende de quien lo implementa, ya que no es lo mismo una TV diseñada para todos que un sistema de emisión que favorezca solamente al que tiene plata para comprar la tecnología, es otra de las tantas cosas que debemos tener en cuanta cuando elijamos el nuevo gobierno en octubre de 2011.
viernes, 14 de enero de 2011
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