viernes, 24 de septiembre de 2010

Algunos testimonios de las audiencias por Papel Prensa

Durante esta semana que pasó pudo concurrir, por la mañana, a las audiencias que se están llevando a cabo en el auditorio de la Cámara de Diputados para tratar el tema de Papel Prensa y del nuevo proyecto que declara de interés público todo el circuito de producción y distribución del papel para diarios. Cuando hablo de proyecto, me estoy refiriendo al que anunció y envió la Presidenta al Congreso. Hago la aclaración porque en total ya son cuatro los proyectos que ingresaron. Uno de ellos pide que el Estado venda su parte en Papel Prensa. Lo presentó un diputado pero seguramente lo inspiró Héctor Magnetto.
Hasta ahora todas las ponencias que escuché fueron a favor del proyecto oficial. Ni los opositores ni ninguna entidad empresarial de prensa se hizo presente para fijar una crítica o, aunque sea, sugerir modificaciones. Noté que del martes al jueves comenzó a aumentar la cantidad de gente que concurrió al auditorio ubicado en el subsuelo del anexo de la Cámara de Diputados.
Las audiencias son organizadas por la Comisión de Comercio de Diputados que preside la diputada del Frente para la Victoria, Juliana Di Tulio. El café que uno puede servirse está previamente azucarado pero se deja tomar. Birome en mano, me dispuse a escuchar las ponencias que arrancan siempre después de las 10 y 30hs.
El día martes el primero en exponer fue Alejandro Vanoli, presidentede la Comisión Nacional de Valores. El funcionario nos recordó que todo lo malo que pronosticaron los grandes medios con respecto a la propiedad de Papel Prensa nunca sucedió y que finalmente son los poderes de la democracia los que decidirán el destino de la empresa. Sostuvo que la modalidad elegida por el Poder Ejecutivo fortalece a la democracia y que la intervención del Estado es necesaria porque en la industria del papel para diarios no hay competencia y ante esta realidad el Gobierno no se puede hacer el distraído. La ley es constitucional, sostuvo Vanoli, y hay una copiosa jurisprudencia internacional que defiende la intervención estatal para evitar el monopolio en un sector tan delicado para la democracia como es el de la impresión de diarios. Vanoli dijo que la posición cuasi monópolica de Papel Prensa en el mercado es indiscutible, ya que la empresa produce el 85% del papel que se consume. La firma que comanda Clarín regula la demanda,modificando los precios y afectando al resto de los demandantes del insumo básico para imprimir los diarios. Por último, Vanoli recordó que si bien es cierto que el Estado obligó a Papel Prensa a no discriminar con sus precios a los otros diarios, se necesita un marco jurídico para que esto quede firme.
El otro testimonio que escuché el día martes fue el de Roberto Boico, abogado constitucionalista y docente de la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo. El catedrático aportó un costado interesante a la polémica: dijo que el art. 42 de la Constitución garantiza la libertad de elección del consumidor y obliga al Estado a garantizar esto. Entonces, si un manejo monopólico impide la existencia o la proliferación de medios alternativos, se estaría ante una violación misma de nuestra Constitución. Por eso, una ley que regule y permita un acceso igualitario al insumo básico para imprimir diario es imprescindible.
Por otro lado, Boico sostuvo que el modo de adquisición de la empresa por parte de sus actuales socios privados constituye una rémora de la dictadura y una consecuencia patrimonial de la violación de los derechos humanos que debe investigarse. Para el abogado, el Estado debe apropiarse de la palabra y no permitir que quede en manos de un monopolio privado.
El día jueves el primer de la lista fue Fortunato Malimacci, ex decano de la Facultado de Sociales e investigador del Conicet. Lo recuerdo como la persona que me entregó el título de Licenciado en Comunicación allá por el 2002.
Malimacci encaró el tema desde un punto de vista muy original: relacionó la existencia del monopolio de prensa con la presencia de otros monopolios que dominan a la Argentina y en especial con el monopolio religioso. Me permito recordarles que este intelectual es experto en el tema y cada tanto se puede ver algunas de sus columnas en Página 12. Malimacci dijo que los monopolios argentinos son consecuencia del dominio miltar y religioso que duró casi todo el siglo XX. Sostuvo que todos los monopolios cuando ven que se cuestiona a uno de ellos se unen porque sienten que luego pueden ser atacados ellos también. El Estado debe terminar con los elementos que dieron origen a las prácticas monopólicas por eso es necesaria esta ley y pidió que también estemos atentos a una ley que permita que el registro de cultos no siga siendo manejado por la Iglesia Católica.
A este catedrático lo siguió un colega: Alberto Longo, decano de Ciencias Económicas de la Universidad de la Matanza. Este experto baso su ponencia en el derecho a la competencia que es aquel que debería velar por la existencia de condiciones parejas para competir en cualquier mercado. Es obvio que actualmente el mercado del papel de diarios carece de semejante condición, por lo que Longo se manifestó a favor de la ley.
Después fue el turno de dos exponentes del interior de nuestro país.
El primero fue Sergio Santiesteban, editor del diario La Arena de La Pampa, en mi opinión el mejor diario del país(aclaro que soy porteño pero como trabajo en clipping leo varios diarios del interior). Santiesteban contó la profunda indignación que sintieron los medios del interior cuando los socios privados se apropiaron de Papel Prensa. Desde 1972 los diarios debieron agruparse en una cooperativa(Copal) para luchar contra la enorme desventaja que tenían por el costo del papel. Santiesteban dijo que los cupos que les dio Papel Prensa siempre fueron inferiores a las necesidades de los diarios. Los editores del interior esperan que la nueva ley establezca reglas claras y piden que se diversifique las fuentes de producción del papel.
Por último el misionero Javier Gortari, rector de la Universidad de Misiones, dijo que su provincia tiene una superfice que limita más con el exterior que con su propio país, por lo que los medios de comunicación son vitales para reafirmar nuestra soberanía. Respalda el proyecto porque la diversidad de medios no sólo es necesaria sino también urgente.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Clarín y los Cerrojos a la Prensa

Uno de los argumentos que usa el grupo Clarín para contestar los ataques por Papel Prensa es la, para ellos, ¨repentina¨ salida a la palestra de los denunciantes. Se trata así de descalificar los testimonios de las víctimas y además sostienen que la compra fue en regla y que el monopolio del papel no existe.
Sin embargo, en este último punto, hay un testimonio importante que los desmiente con muchos argumentos. Se trata del libro Los Cerrojos a la Prensa, escrito por Julio Ramos y publicado por la editorial Amfin en el año 1993. Tanto este texto, como el libro Cien veces me quisieron matar, del gallego Garcia, eran libros de la materia Diseño de la Actividad Periodística que se enseña en la carrera de Comunicación de la UBA y cuyo titular de cátedra es Berneti. Así, en el año 1996, yo tomé contacto con los dos libros. Tanto Ramos como García son hacedores de medios gráficos, el primero creó Ambito Financiero y el segundo Crónica. Ambos fueron empleados de Clarín cuando su fundador, Roberto Noble, aun vivía.
Julio Ramos está en las antípodas de mi pensamiento y de cualquiera que se considera un militante en el campo nacional y popular. Fue un liberal amante del libre mercado, una utopía tan descabellada e inexistente como la anarquista. Era un enemigo de cualquier presencia del estado en la Economía y por supuesto profundamente anti peronista. Eso sí, gran amigo de Carlos Menem, quien llevó sus ideas a la práctica.
En 1976 fundó el diario Ambito Financiero, un medio que fue fiel reflejo de la transformación de la economía, que pasó de estar basada en la producción a fundamentarse en la especulación y en la bicicleta financiera. Ramos supo ver que los empresarios del tiempo que inauguraron los militares necesitarían información económica. Gracias a esto Ambito progresó, pero a la larga se encontró con un grave problema: el libre mercado que se proclamaba desde sus páginas era inexistente en el negocio de los medios gráficos. Las quejas constantes del dueño de Ambito Financiero derivó en este libro de la década del 90 que tiene puntos de notoria actualidad. Yo quieró compartirles algunas frases del 93 que están vigentes en pleno 2010.
¨...más tarde o más temprano, también la Argentina comprenderá la necesidad de combatir sus monopolios y oligopolios, sobre todo los de la prensa, por lo particularmente perniciosos que son para la sociedad..¨
¨...Indudablemente, el gran problema de la prensa argentina en los 90 es el monopolio Clarín. Es el mayor dominador, el pulpo que se extiende amenazante sobre toda forma escrita o por ondas¨..
¨... el ciudadano común es el más desprotegido: puede ser inducido políticamente, privado de ver, leer o escuchar lo que desee si no conviene a las concentraciones dominantes o sufrir malformaciones morales, él o su familia, porque los monopolios de prensa pueden adulterar nada menos que información...¨